Acompañamos al músico argentino en una visita íntima a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, país que aspira a conquistar con su nuevo disco, una ópera rock titulada ‘Novela’
Fue una tarde “memorable” para Fito Páez. Se arrodilló ante la partitura manuscrita de un concierto para violín de Mozart (“si Dios existe, es él”, dijo); compartió su pasión por el escritor Macedonio Fernández (”sin él, Borges no sería el mismo”); y juntó las manos en un gesto de plegaria al ver tesoros como una primera edición de El juguete rabioso, de Roberto Arlt, una tercera de El paraíso perdido, de Milton, o un mapa de hace un siglo de la República Argentina.





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